25 feb 2010

Día 0 - La separación

Han pasado 7 largos años y finalmente se toma la única decisión que la intolerancia demanda hoy en día. Ya no existe la pasión que había antes. El "osito" se fue transformando en "oso", luego en "che", "animal", hasta mutar en "pedazo de hijo de puta".

Nos miramos a los ojos y ya no somos los mismos.

No estamos viejos, ya pasamos los 30, es cierto, pero no estamos viejos. ¿No? No se trata de edad en este caso, sino de la mirada, muerta, como de tiburón. Y la piel, cuando antes se buscaba el contacto, ahora somos "pingüinos en la cama" como diría Arjona. El cambio... "abrazame osito" en... "¿podés correrte un poquito más?", "estás ocupando toda la cama", "mierda, movete que hace calor", siempre acompañado por un "dejá de roncar que mañana madrugo" o "¿y ese olor? ¿Fuiste vos de nuevo?"

Nos miramos a los ojos y ya no somos los mismos.

"La comida está servida, vida" se transformó en "Hacete unos sandwiches, hay fiambre del lunes", "yo no soy tu cocinera, también laburo", "gordo lechón, ¿otra vez querés comer?, vas a reventar" o simplemente en un "pedí pizza si querés".

Necesito una compañera y no la tengo. Necesito cariño y no lo recibo, y ni siquiera lo doy, porque no tengos ganas, no me sale. No lo merece. ¿No lo merece?. No lo sé, ya estoy confuso, tengo hambre carajo, y no de pizza, pero la situación es insostenible. Hoy volví decidido, hoy tomé la determinación de separarme. Sé que esto la va a matar, que va a aferrarse con uñas y dientes a esta relación, que no va a querer que me marche, va a llorar, a gritar, pero será un rato, y luego, al fin, la liberación. Es cuestión de armarse de valor, y ya lo tengo. Coraje. Hombría. Tendrá que soportarlo.

-Ana, necesito hablar con vos

Un silencio incómodo.
Nos miramos a los ojos y ya no somos los mismos. Lo sabemos.

-Yo también -me dice ella fríamente.

Se la ve venir, seguro. Querrá extorsionarme con el crédito de la casa y mi TV de 42 pulgadas. Pero no, nada de soluciones mágicas, nada de probar con la puta terapia de pareja que no sirvió para una mierda. Nada de nada. Mirarla fijo y decirle que no la amo. Que me quiero ir. Que no acepto ya un minuto de esta relación.

-Ana, quiero que sepas que te quiero. Que no deseo hacerte mal ni nada. Pero bueno, hoy venía del laburo pensando, y mientras escuchaba la radio sale justo ese tema de Phil Collins, ¿te acordás?, ese con el que entramos en nuestro casamiento, y bueno, este..., en fin, me puse a pensar mucho en nuestra vida y...

-Guillermo, cortala. Estoy cogiendo con Ernesto. Quiero que nos separemos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

uhhh! recién lo descubro, voy a ir leyendo de a poco parece bueno

RACING_CAPO dijo...

Es verdad che?

Fabio Barone dijo...

Ficción!

Malina dijo...

Sólo hay dos temporadas? Es muy bueno, me hace reír mucho a pesar de lo trágico jaja. Publica el libro completo porfa!!! Saludos desde Perú n.n